martes, 13 de mayo de 2008

La catequesis de los papás

La catequesis de los papás.

Una de las acciones catequéticas que se ha ido poniendo en práctica y que ha resultado, además de eficaz, muy valorada por los mismos destinatarios, es la catequesis a los papás con ocasión de la recepción de los sacramentos de los hijos. No obstante, existen una serie de elementos que dificultan la puesta en práctica de esta actividad:

Las excusas: ciertamente la realidad económica de nuestra nación es de tal calibre que hace que los papás deban dedicar tiempo para llevar el sustento a la familia. Unido a esto, la consecuencia lógica: el cansancio.

Falta de preparación de los catequistas: ciertamente una catequesis para adultos no es lo mismo que una catequesis para niños o jóvenes. Debe encontrarse una metodología adecuada para ellos y muchos catequistas se declaran como no aptos para esta actividad.

El miedo natural: normalmente los catequistas se encuentran con personas con las que conviven a diario. Esto influye en el ánimo de los catequistas.

No obstante todas estas razones, el CPV ha puesto en realce esta actividad: “Garantizar la catequesis de los padres y representantes con ocasión de la iniciación cristiana de sus hijos” (CAT 115). Por lo tanto habrá que saber vencer los obstáculos antes descritos para llevar a cabo esta petición del Concilio.

Hay dos circunstancias principales en las que se puede dar una catequesis a los padres con ocasión de la recepción de los sacramentos de los hijos. Ellas son el bautismo y la recepción de la primera comunión y/o confirmación.

La primera suele materializarse en lo que se llama la charla prebautismal. En ella, además de explicar la ceremonia, debe instruirse a los papás sobre las responsabilidades que se adquieren con la petición del sacramento del bautismo para sus hijos. El temario puede ser variado: hasta el mismo ritual de bautismo propone una serie de contenidos que el párroco debe adaptar según las circunstancias de cada lugar. No debe dejarse de lado la explicación de los símbolos, la ceremonia de bautismo es riquísima en ellos.

Antes de la inscripción es de desear que sean instruidos sobre la elección de los padrinos. La Iglesia pide un padrino o una madrina, o un padrino y una madrina. Ellos son como los segundos papás de sus hijos y deben ayudarlos en la educación cristiana de los mismos. Son también un ejemplo y por lo tanto, a la hora de elegirlos no deben dejarse llevar por compromisos, sino que deben elegir a los mejores que conozcan.

En la misma charla no debe dejarse de lado la catequesis a los padrinos. El Concilio Plenario Nacional llama la atención sobre la ruptura entre fe y vida (PPEV 27). Hay que procurar catequizarlos sobre la misión del padrino (madrina) que no es otra que la de ayudar a los papás en la educación cristiana de los niños. Ellos deben erradicar de la comunidad cristiana la imagen de que el padrino (madrina) es quien le da dinero a los niños y le compra regalos.

De manera tentativa los praenotanda del Ritual de bautismo de niños da unas pistas de preparación remota y próxima:

VI. PREPARACIÓN DEL BAUTISMO DE LOS NIÑOS

A) Preparación remota

Finalidad de esta preparación

54. Para que el pueblo de Dios sea consciente de su misión, tanto en la celebración del Bautismo como en su preparación y cuidado posterior, es necesario desarrollar una adecuada y constante catequesis sobre el Bautismo y sus exigencias, según se explica en los nn. 3 al 6.

Momentos de esta catequesis

55. Como momentos especialmente aptos para esta catequesis, señalados por el mismo ritmo de la vida cristiana, cabe destacar los siguientes:

a) La Cuaresma, que “prepara a los fieles para que celebren el misterio pascual sobre todo mediante el recuerdo o la preparación del Bautismo”.

b) Los días -especialmente domingos- cuya Liturgia de la Palabra haga referencia al Bautismo.

c) Siempre que se celebre otro sacramento de la iniciación cristiana.

d) En ocasiones extraordinarias tales como misiones populares, ejercicios espirituales, cursillos, etc., donde se renueva la conciencia bautismal del cristiano.

e) El mejor complemento de la catequesis será siempre una buena celebración del Bautismo, preparada y participada por todos.

Formación prematrimonial

56. En la preparación al matrimonio o en los cursillos prematrimoniales no puede faltar el tema del Bautismo, porque, al aceptar el sacramento del amor de Cristo a su Iglesia, los contrayentes asumen la misión maternal de la Iglesia.

B) Preparación próxima de padres y padrinos

Diálogo prebautismal

57. Para preparar adecuadamente a los padres y padrinos para el cumpli­miento de su misión es necesario que a la celebración del Bautismo preceda el diálogo con un sacerdote o con otras personas responsabilizadas en la pastoral bautismal.

Este diálogo pretende:

a) hacerles reflexionar sobre las motivaciones de la petición del Bautismo, ayudándoles a que esta petición sea un verdadero ejercicio de fe;

b) preparar el rito, explicando las intervenciones de los padres y padrinos y su significado, para que se asegure la veracidad de sus respuestas;

c) en muchos casos, realizar una elemental catequesis del sacramento;

d) en otros, incluso una catequesis general que busca una educación de la fe y no sólo una mera instrucción sobre la fe;

e) alguna vez, con padres descristianizados, evangelizar en sentido pleno o sensibilizar para una posterior evangelización.

Cursillos para futuros padres

58. Allí donde el número de nacimientos sea abundante será conveniente organizar cursillos o conferencias, a nivel parroquial o de zona, para padres que esperan un hijo.

La otra circunstancia en la que se puede y debe brindar una catequesis a los papás es con ocasión de la recepción de los sacramentos de la Eucaristía y la Confirmación. Y aquí es donde el límite lo pone la imaginación del párroco.

El problema se plantea sobre todo en la frecuencia. La elección se hará tomando en cuenta las características de la población de la parroquia. Hay parroquias donde la catequesis es semanal, otras quincenal, otras una vez al mes. Finalmente, hay parroquias donde no existe una periodicidad determinada, sino que se les convoca dependiendo de las circunstancias o de los tiempos litúrgicos.

Como consejos prácticos, esta catequesis de los papás:

1) Debe realizarse con una metodología adecuada. La que es más eficiente es la de taller. El taller es una metodología de enseñanza aprendizaje que consiste en la exposición de un tema, y sirviéndose de una dinámica, provoca una interacción entre los participantes para lograr el objetivo propuesto.

Normalmente comienza con una dinámica que puede ser de presentación, de rompehielo u otra. Acto seguido, después de presentarse el facilitador, se introduce el tema. Después se usa la dinámica. Ésta puede ser de diversa naturaleza: una lectura, una canción, una representación, un juego, etc. Lo importante es que la dinámica ayude a los participantes a meterse de lleno en el taller.

Una vez que los participantes hayan agotado su participación, el facilitador debe recoger todos los aportes y junto con los participantes, deben concretar las maneras en que pueden vivir lo que han concluido. Hecho esto, se procede a la dinámica de cierre que perfectamente puede ser una oración de acción de gracias.

El orden apenas descrito puede ser modificado: no es un esquema que no pueda alterarse. Ahora bien, debe evitarse que la sesión sea algo tedioso. Debe dejárseles un “buen sabor de boca” que les mueva a participar en la próxima sesión.

2) No deben olvidarse los mismos consejos que dábamos para la catequesis de los niños sobre el local, los muebles, la ventilación y la hora en que se convoca. Todos estos aspectos son importantes. Si el facilitador usa materiales didácticos, éstos deben estar en excelentes condiciones y al alcance de la mano. No son buenas las improvisaciones.

3) Los temas deben ser significativos: Los temas elegidos deben ser de un particular interés o al menos provoque en ellos un particular interés. Si no se toma en cuenta este factor, es fácil que caiga en ellos el desánimo.

4) Entre los temas que puedan proponerse, no debe dejarse de lado algunos temas de pastoral familiar, de modo tal que ayude a ellos a vivir mejor como familia cristiana. También algunos temas doctrinales o morales que, según las circunstancias del lugar, pueden variar. Sobre todo es importante elevarles la mira: no es simplemente un hecho que todo el mundo hace. Hay que hacerles entender que es un momento importante la recepción de la Eucaristía o Confirmación de sus muchachos porque recibirán a Jesucristo o el don del Espíritu. De manera especial, a los padres de los niños de confirmación debe dárseles una catequesis sobre la elección de los padrinos: cuáles son los criterios y cuáles son sus funciones.

5) Hay una práctica que se ha hecho y resulta ser muy eficaz: tener unas sesiones (o al menos, una) de catequesis con los padrinos de confirmación. En ellas, se da una formación sobre los compromisos y responsabilidades de los padrinos de confirmación, sobre todo de servirles de apoyo en la vida cristiana.

Repaso de clases anteriores: teoría general del derecho canónico

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